Angie Camila Rodríguez-Aguilera, Daniel Eduardo Zambrano-Lugo y Natalia Pedraza-Castillo
Introducción
La creencia de que perros y gatos, por ser domés-
ticos, requieren un manejo y comportamiento si-
milar es un error común entre cuidadores, que ha
llevado a prácticas inadecuadas para ambas espe-
cies. La medicina veterinaria debe considerar las
diferencias etológicas significativas entre estos
animales, ya que influyen directamente en las di-
rectrices para el cuidado y tratamiento (Hirsch et
al., 2022). La familiaridad con el comportamiento
y necesidades de los felinos sigue siendo limi-
tada entre tutores y veterinarios, y un mayor en-
tendimiento sobre un ambiente adecuado puede
fortalecer la relación de confianza con el médico
tratante (Minovich & Paludi, 2011).
De acuerdo con Lue et al. (2008) se concluyó que
de los gatos visitan al veterinario en promedio 1,1
veces al año, en comparación con los perros que
visitan al veterinario por lo menos 2,3 veces por
año, superando de forma significativa a los feli-
nos. Entre las razones expuestas, que justifican la
anterior situación, incluyen lo complejo que pue-
de llegar a ser trasladar un gato al veterinario, la
forma como el gato reacciona al momento del ma-
nejo por parte del veterinario y la manera negativa
como se percibe la manipulación del mismo. De
acuerdo con esto, es evidente que el manejo de es-
tos pacientes constituye una parte fundamental
del estado de salud del animal (DeTar et al., 2022),
generando la necesidad de profesionales que en-
tiendan las particularidades de la especie felina en
cuanto a su manipulación y abordaje médico.
Actualmente, la Sociedad Internacional de Medi-
cina Felina o
International Society of Feline Me-
dicine
ISFM por sus siglas en inglés, proporciona
información que permite al profesional de la me-
dicina veterinaria, aprender, actualizarse y parti-
cipar de diferentes formas en la incorporación de
nuevos conceptos hacia principios amigables con
los gatos (Icatcare, 2021). Para esto, el programa
cat friendly
se ha difundido ampliamente en di-
ferentes países con el fin de realizar un enfoque
objetivo hacia comprender que, aunque el perro y
el gato son animales domésticos, su etología y ma-
nejo exigen una actuación independiente con cada
una de las especies (Wasava, 2024).
El programa
cat friendly
incluye directrices que
se enmarcan en la generación de un ambiente
que minimice la angustia y el estrés del paciente
felino lo que ha demostrado, efectos positivos
en los cuidados, la salud y el bienestar del animal.
De acuerdo con esto, en el 2022 se publica la guía
de directrices sobre interacciones veterinarias
amables con los gatos (
cat friendly)
(Rodan et al.,
2022), que incluye el conocimiento del comporta-
miento del gato y su relación con los humanos de-
mostrando que, tanto para el paciente como para
el médico tratante, esta práctica genera confianza
mejorando la experiencia del paciente y por ende
su manejo médico y comportamiento en próximas
visitas al veterinario (Moody et al., 2018). En este
aspecto, juega un papel fundamental permitir al
paciente expresar su comportamiento natural
de tal manera que pueda ubicarse, percibir usan-
do sus sentidos e interactuar a su propio ritmo
alentando al médico veterinario a utilizar lengua-
je positivo sin obligar al animal de forma brusca a
acercamientos o interacción física con personas
no conocidas que puedan generar conflicto emo-
cional en el paciente.
El reconocimiento de comportamientos defensi-
vos es fundamental para evitar la percepción de
amenazas por parte del paciente, pues el dolor, el
miedo, la frustración, pueden desencadenar es-
trés, lo que podría llevar a una confrontación con
el animal (Lloyd, 2017). Esto podría resolverse si
durante la interacción, se facilitan espacios silen-
ciosos, cerrados y seguros y una correcta manipu-
lación del animal evitando prácticas tradicionales
de sujeción dorsal, uso de pinzas o clips para suje-
tar por el pliegue dorsal o la utilización de bolsas,
fundas, bozales o guantes.
Otro aspecto fundamental es la preparación del
entorno del centro clínico tanto antes de su llegada
como durante el tiempo que el paciente permanez-
ca en él, pues el uso de un transportín apropiado,
llevar a la visita un objeto que sea de agrado del
animal o incluso, el uso adecuado de farmacotera-