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OPEN ACCESS
Laura Castro, Diana Rocio Cervera Guevara, Yenny Paola
Argüello Gutiérrez & Isabel Adriana Sánchez Rojas (2025).
Validez de constructo del cuestionario de evaluación de
estilos de vida para universitarios. Revista Impetus, 19(2),
e-936.
https://doi.org/10.22579/20114680.936
VALIDEZ DE CONSTRUCTO DEL CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN DE
ESTILOS DE VIDA PARA UNIVERSITARIOS
Construct validity of the lifestyles assessment questionnaire for university
students
Laura Castro1
Diana roCio Cervera Guevara2
YennY PaoLa arGüeLLo Gutiérrez3
isabeL aDriana sánChez rojas4
Artículo de reflexión
Recepción: 07/04/2024
Aceptación: 07/11/2025
Palabras clave:
Estilos de vida saludables, salud
física, salud mental, ética, relaciones
familiares, estudiantes.
Keywords:
Healthy lifestyles, Physical Health,
Mental Health, Ethics, Family
Relations, Students.
1 [email protected], Universidad
Santo Tomás
2 [email protected],
Universidad Santo Tomás
3 [email protected],
Universidad Santo Tomás
4 [email protected],
Universidad Santo Tomás
Resumen
Introducción. El estilo de vida se construye desde actividades
o actitudes que influyen en la vida del ser humano. La etapa
universitaria trae consigo cambios en el comportamiento, por lo
que el reto que se presenta es evaluar los estilos de vida en ese
momento determinante para los estudiantes. Objetivo. Realizar
validez de constructo de las categorías abordadas en el cuestio-
nario estilos de vida para universitarios propuesto por Bazán y
Carcausto en el 2019 para Perú, para así aplicarlo en estudiantes
universitarios en Colombia. Metodología. Se realizó un scoping
review siguiendo la estrategia población, concepto y contexto
(PCC). La población son artículos que están enmarcados en la
población universitaria; el concepto de cada categoría está dado
por las cuatro dimensiones de los estilos de vida saludables,
las cuales son físico-mental, social, ético-moral y académico-fa-
miliar, y el contexto son los estilos saludables. Resultados. Se
incluyeron en la revisión 53 artículos, entre los cuales se encontró
una relación, por lo cual se identifica la importancia de ser
abordados de forma conjunta y no solo de forma individual, para
reconocer la complejidad de esta etapa en la vida de los seres
humanos. Conclusiones. Se evidencia una adecuada validez de
constructo por lo que es necesario seguir con la fase de confia-
bilidad del cuestionario estilos de vida, para así analizar cada
una de las actividades que repercuten en el mantenimiento de
estilos de vida saludables y, asimismo, crear un programa que
permita mantener y mejorar los estilos de vida saludables en
universitarios.
Palabras clave: estilos de vida saludables, salud física, salud
mental, ética, relaciones familiares, estudiantes.
2Volúmen 19 No. 2 Año 2025 • ISSN: 2011-4680 ONLINE: 2981-3948
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Abstract
Introduction. The lifestyle is built from activities or attitudes that influence the life
of the human being; The university stage brings with it changes in behavior, so the
challenge that is presented is to evaluate lifestyles at this determining moment for
students. Objetive. Carry out construct validity of the categories addressed in the
lifestyle questionnaire for university students proposed by Bazán and Carcausto in
2019 for Peru, to apply it to university students in Colombia. Methodology. Scoping
review and the Population, Concept and Context (PCC) strategy was followed. The
population are articles that are framed in the university population, the concept of
each category is given by the four different dimensions of healthy lifestyles, which
are physical-mental, social, ethical-moral and academic-family, and the context are
healthy styles. Results. 53 articles were included in the review, in which a relationship
was found between them, for which the importance of being addressed jointly and
not only individually to recognize the complexity of this time in the life of beings is
identified. humans. Conclusions. An adequate construct validity is evidenced, so it is
necessary to continue with the reliability phase of the lifestyle questionnaire in order
to analyze each of the activities that have an impact on the maintenance of healthy
lifestyles and also create a program that allows maintaining a healthy lifestyle. healthy
lifestyle for college students.
Keywords: Healthy lifestyles, Physical Health, Mental Health, Ethics, Family Relations,
Students.
Introducción
El estilo de vida hace relación al modo de vida de una persona o grupo de la población
en el que intervienen las características personales y patrones de comportamiento, como
las circunstancias de vida y los aspectos socioculturales (Campo-Ternera et al., 2017). Por
tal motivo, si una población y los individuos que la componen adoptan estilos de vida
saludables, se reconocen impactos positivos sobre la salud y, por consiguiente, optimi-
zación en su calidad de vida. Mientras que, en caso contrario, en una situación en la que
los estilos de vida son inadecuados, provocan un deterioro de la salud lo que impacta
negativamente la calidad de vida no solo del individuo, sino que tiene impacto en las
redes de apoyo cercano con las que cuenta (García-Laguna, et al., 2012; Ortega, 2004).
Se reconoce que a lo largo del ciclo vital se consiguen los hábitos y comportamientos
que conforman un estilo de vida saludable, los cuales una vez son asimilados son difíciles
de transformar (Bastías-Arriagada & Stiepovich-Bertoni, 2014). Entre las conductas
saludables se destacan la alimentación adecuada; el desarrollo de pausas activas, las
cuales son precisas para tener un buen rendimiento en el trabajo escolar; la práctica
regular de actividad física y deportiva y, finalmente, la eliminación del consumo de tabaco,
alcohol y psicoactivos. (Jiménez-Castuera et al., 2007; Román et al., 2018).
Asociado a esto, se hizo un estudio en una universidad de Bogotá (Sanabria-Ferrand
et al., 2007) en el cual se analizaron los estilos de vida y estos presentaron algunas
deficiencias, lo que evidenció que el estilo de vida no está conformado solamente en
el proceso de formación escolar, universitaria o profesional, sino que se tiene en cuenta
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Abstract
Introduction. The lifestyle is built from activities or attitudes that influence the life
of the human being; The university stage brings with it changes in behavior, so the
challenge that is presented is to evaluate lifestyles at this determining moment for
students. Objetive. Carry out construct validity of the categories addressed in the
lifestyle questionnaire for university students proposed by Bazán and Carcausto in
2019 for Peru, to apply it to university students in Colombia. Methodology. Scoping
review and the Population, Concept and Context (PCC) strategy was followed. The
population are articles that are framed in the university population, the concept of
each category is given by the four different dimensions of healthy lifestyles, which
are physical-mental, social, ethical-moral and academic-family, and the context are
healthy styles. Results. 53 articles were included in the review, in which a relationship
was found between them, for which the importance of being addressed jointly and
not only individually to recognize the complexity of this time in the life of beings is
identified. humans. Conclusions. An adequate construct validity is evidenced, so it is
necessary to continue with the reliability phase of the lifestyle questionnaire in order
to analyze each of the activities that have an impact on the maintenance of healthy
lifestyles and also create a program that allows maintaining a healthy lifestyle. healthy
lifestyle for college students.
Keywords: Healthy lifestyles, Physical Health, Mental Health, Ethics, Family Relations,
Students.
Introducción
El estilo de vida hace relación al modo de vida de una persona o grupo de la población
en el que intervienen las características personales y patrones de comportamiento, como
las circunstancias de vida y los aspectos socioculturales (Campo-Ternera et al., 2017). Por
tal motivo, si una población y los individuos que la componen adoptan estilos de vida
saludables, se reconocen impactos positivos sobre la salud y, por consiguiente, optimi-
zación en su calidad de vida. Mientras que, en caso contrario, en una situación en la que
los estilos de vida son inadecuados, provocan un deterioro de la salud lo que impacta
negativamente la calidad de vida no solo del individuo, sino que tiene impacto en las
redes de apoyo cercano con las que cuenta (García-Laguna, et al., 2012; Ortega, 2004).
Se reconoce que a lo largo del ciclo vital se consiguen los hábitos y comportamientos
que conforman un estilo de vida saludable, los cuales una vez son asimilados son difíciles
de transformar (Bastías-Arriagada & Stiepovich-Bertoni, 2014). Entre las conductas
saludables se destacan la alimentación adecuada; el desarrollo de pausas activas, las
cuales son precisas para tener un buen rendimiento en el trabajo escolar; la práctica
regular de actividad física y deportiva y, finalmente, la eliminación del consumo de tabaco,
alcohol y psicoactivos. (Jiménez-Castuera et al., 2007; Román et al., 2018).
Asociado a esto, se hizo un estudio en una universidad de Bogotá (Sanabria-Ferrand
et al., 2007) en el cual se analizaron los estilos de vida y estos presentaron algunas
deficiencias, lo que evidenció que el estilo de vida no está conformado solamente en
el proceso de formación escolar, universitaria o profesional, sino que se tiene en cuenta
3Volúmen 19 No. 2 Año 2025 • ISSN: 2011-4680 ONLINE: 2981-3948
Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
todo el ciclo vital desde la niñez hasta la edad adulta. Asimismo, la evidencia científica
recalca que los comportamientos y estilos de vida no sólo se establecen desde el ámbito
de la salud, sino de manera integral con el entorno de los individuos, lo que incluye tanto
su aspecto educativo como social (Ferrel-Ortega et al., 2014).
Es importante reforzar en la población en general una cultura de estilos de vida
saludables, la cual se destaca por una alimentación adecuada y una práctica regular de
actividad física, que constituyen dos de las principales alternativas para la prevención de
enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) (Obregón et al., 2013; Mahecha-Matsudo,
2019). Dicho lo anterior, se establece el estilo de vida como un grupo de actitudes,
comportamientos y creencias que se expresan en la vida familiar de una persona y en
sus interacciones sociales. Es una concepción interdisciplinaria que implica un panorama
orientado a la salud en los campos físicos y psicológicos (Shahnazi et al., 2016), tales
como los aspectos ético-morales que son una influencia determinante en los estudiantes
universitarios (Lumbreras et al., 2009; Díaz et al., 2015).
Por lo tanto, el objetivo del presente estudio es reconocer la conceptualización del
estilo de vida desde sus diferentes categorías de análisis, para así realizar la validez
de constructo del Cuestionario de estilos de vida saludable para universitarios (CEVS),
propuesto por Bazán y Carcausto en el 2019 para Perú; la intención de realizar este estudio
es efectuar su aplicación para los estudiantes de Colombia (Bazán & Carcausto, 2019).
Materiales y métodos
Este artículo es una reflexión teórica con una metodología de revisión de alcance o
scoping review, la cual busca sintetizar o resumir la evidencia existente sobre los factores
que afectan los estilos de vida saludables, con el fin de ampliar o profundizar en este
tema, aclarando que no se pretende evaluar la calidad de los estudios. Esta metodo-
logía permite dar respuesta al objetivo de la investigación el cual se enfocó en realizar
la validez de constructo al instrumento “Cuestionario de estilos de vida saludable para
universitarios” (Peters et al., 2015; Munn et al., 2018).
Conforme la pregunta de la revisión, y al objetivo del estudio, siguió la estrategia
población, concepto y contexto (PCC). La población son artículos que están enmarcados
en la población universitaria, el concepto de cada categoría está dado por las cuatro
dimensiones de los estilos de vida saludables, las cuales son físico-mental, social,
ético-moral y académico-familiar, y el contexto. Así la pregunta principal se formuló
de la siguiente manera: ¿Qué factores influyen en la construcción de un estilo de vida
saludable?
La búsqueda de información se realizó en las bases de datos de la Biblioteca
Científica Electrónica en Línea (Scielo), la Red de Revistas Científicas de América Latina
y el Caribe, España y Portugal (Redalyc), la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología
(ScienceDirect), la Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y PubMed. Para la definición de los
términos de búsqueda se optó por el uso de palabras disponibles en los Descriptores
en Ciencias de la Salud (DeCS) y el tesauro de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Estos descriptores fueron: hábitos
de vida saludables, aspecto físico, salud mental, ética, ambiente familiar, ambiente
escolar, universidad, ejercicio físico, familia, estrés, factores y salud. Para la combi-
nación de estos se emplearon los conectores booleanos AND y OR, en español e inglés.
Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
todo el ciclo vital desde la niñez hasta la edad adulta. Asimismo, la evidencia científica
recalca que los comportamientos y estilos de vida no sólo se establecen desde el ámbito
de la salud, sino de manera integral con el entorno de los individuos, lo que incluye tanto
su aspecto educativo como social (Ferrel-Ortega et al., 2014).
Es importante reforzar en la población en general una cultura de estilos de vida
saludables, la cual se destaca por una alimentación adecuada y una práctica regular de
actividad física, que constituyen dos de las principales alternativas para la prevención de
enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) (Obregón et al., 2013; Mahecha-Matsudo,
2019). Dicho lo anterior, se establece el estilo de vida como un grupo de actitudes,
comportamientos y creencias que se expresan en la vida familiar de una persona y en
sus interacciones sociales. Es una concepción interdisciplinaria que implica un panorama
orientado a la salud en los campos físicos y psicológicos (Shahnazi et al., 2016), tales
como los aspectos ético-morales que son una influencia determinante en los estudiantes
universitarios (Lumbreras et al., 2009; Díaz et al., 2015).
Por lo tanto, el objetivo del presente estudio es reconocer la conceptualización del
estilo de vida desde sus diferentes categorías de análisis, para así realizar la validez
de constructo del Cuestionario de estilos de vida saludable para universitarios (CEVS),
propuesto por Bazán y Carcausto en el 2019 para Perú; la intención de realizar este estudio
es efectuar su aplicación para los estudiantes de Colombia (Bazán & Carcausto, 2019).
Materiales y métodos
Este artículo es una reflexión teórica con una metodología de revisión de alcance o
scoping review, la cual busca sintetizar o resumir la evidencia existente sobre los factores
que afectan los estilos de vida saludables, con el fin de ampliar o profundizar en este
tema, aclarando que no se pretende evaluar la calidad de los estudios. Esta metodo-
logía permite dar respuesta al objetivo de la investigación el cual se enfocó en realizar
la validez de constructo al instrumento “Cuestionario de estilos de vida saludable para
universitarios” (Peters et al., 2015; Munn et al., 2018).
Conforme la pregunta de la revisión, y al objetivo del estudio, siguió la estrategia
población, concepto y contexto (PCC). La población son artículos que están enmarcados
en la población universitaria, el concepto de cada categoría está dado por las cuatro
dimensiones de los estilos de vida saludables, las cuales son físico-mental, social,
ético-moral y académico-familiar, y el contexto. Así la pregunta principal se formuló
de la siguiente manera: ¿Qué factores influyen en la construcción de un estilo de vida
saludable?
La búsqueda de información se realizó en las bases de datos de la Biblioteca
Científica Electrónica en Línea (Scielo), la Red de Revistas Científicas de América Latina
y el Caribe, España y Portugal (Redalyc), la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología
(ScienceDirect), la Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y PubMed. Para la definición de los
términos de búsqueda se optó por el uso de palabras disponibles en los Descriptores
en Ciencias de la Salud (DeCS) y el tesauro de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Estos descriptores fueron: hábitos
de vida saludables, aspecto físico, salud mental, ética, ambiente familiar, ambiente
escolar, universidad, ejercicio físico, familia, estrés, factores y salud. Para la combi-
nación de estos se emplearon los conectores booleanos AND y OR, en español e inglés.
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Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Con respecto a los criterios de inclusión, el interés para la revisión son los artículos
de investigación. Teniendo en cuenta la estrategia PCC, es del interés de los autores
incluir estudios que contengan tanto la población (población universitaria), el concepto
(dimensiones del estilo de vida saludable) y el contexto (estilos saludables). Frente
al periodo o ventana de tiempo de la revisión, se seleccionaron solamente aquellos
artículos que fueran publicados entre los años 2010 y 2020; además, se filtraron
estudios de acceso libre. Se consideraron diseños metodológicos tanto cualitativos
como cuantitativos.
Al inicio de la búsqueda se tuvieron en cuenta 92 artículos, de los cuales se han
incluido en la investigación 53 documentos, como se observa en el flujograma (Figura
1). Los archivos seleccionados se han publicado en instituciones de Colombia, España,
México, Perú, Costa Rica, Brasil, Australia, Costa Rica, Chile y Ecuador. El tipo de estudio
más influyente es el estudio descriptivo de corte transversal con un total de 24 artículos,
seguido de revisión sistémica con 22 documentos. Asimismo, se tienen en cuenta cinco
archivos de tipo descriptivo correlacional y finalmente un estudio observacional trans-
versal y un análisis de contenido inductivo.
Figura 1. Diagrama de flujo PRISMA para revisiones sistemáticas
Fuente: Elaboración propia
Bases de datos Scielo, Redalyc, ScienceDirect
Conectores booleanos AND y OR,
en español e ingles
Mundial
Estudios evaluados para la
investigación:n=92
2010 - 2020Periodo
Variable
Contexto
Registros excluidos
n=16
Registros examinados
n=92
Informes no recuperados
(n=23)
Informes solicitados para su
recurperación (n=76)
Estudios incluidos en la
revisión (n=53)
Informes evaluados para
elegibilidad
n=53
Informes excluídos:
Acceso restringido (n=23)
No Relevante (n=9)
Idioma (n=7)
IdentificaciónCribadoIncluidos
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Con respecto a los criterios de inclusión, el interés para la revisión son los artículos
de investigación. Teniendo en cuenta la estrategia PCC, es del interés de los autores
incluir estudios que contengan tanto la población (población universitaria), el concepto
(dimensiones del estilo de vida saludable) y el contexto (estilos saludables). Frente
al periodo o ventana de tiempo de la revisión, se seleccionaron solamente aquellos
artículos que fueran publicados entre los años 2010 y 2020; además, se filtraron
estudios de acceso libre. Se consideraron diseños metodológicos tanto cualitativos
como cuantitativos.
Al inicio de la búsqueda se tuvieron en cuenta 92 artículos, de los cuales se han
incluido en la investigación 53 documentos, como se observa en el flujograma (Figura
1). Los archivos seleccionados se han publicado en instituciones de Colombia, España,
México, Perú, Costa Rica, Brasil, Australia, Costa Rica, Chile y Ecuador. El tipo de estudio
más influyente es el estudio descriptivo de corte transversal con un total de 24 artículos,
seguido de revisión sistémica con 22 documentos. Asimismo, se tienen en cuenta cinco
archivos de tipo descriptivo correlacional y finalmente un estudio observacional trans-
versal y un análisis de contenido inductivo.
Figura 1. Diagrama de flujo PRISMA para revisiones sistemáticas
Fuente: Elaboración propia
Bases de datos Scielo, Redalyc, ScienceDirect
Conectores booleanos AND y OR,
en español e ingles
Mundial
Estudios evaluados para la
investigación:n=92
2010 - 2020Periodo
Variable
Contexto
Registros excluidos
n=16
Registros examinados
n=92
Informes no recuperados
(n=23)
Informes solicitados para su
recurperación (n=76)
Estudios incluidos en la
revisión (n=53)
Informes evaluados para
elegibilidad
n=53
Informes excluídos:
Acceso restringido (n=23)
No Relevante (n=9)
Idioma (n=7)
IdentificaciónCribadoIncluidos
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Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
Resultados
Dimensión físico-mental
La dimensión físico-mental involucra los aspectos relacionados con el componente
biológico y fisiológico de los seres humanos; en ese sentido está determinada hacia los
modelos biomédicos. A lo largo de la historia se ha podido corroborar que una persona
adopta comportamientos saludables en su día a día desde una temprana edad, los
cuales perduran a lo largo de la vida (Pedraza, 2009). Sin embargo, hay dos factores
esenciales de los que depende que un individuo adquiera una conducta saludable: para
empezar se encuentra la percepción de la posible llegada de una enfermedad, seguida
de la sensación de la eficacia de su propia conducta para estabilizar dicha amenaza; a
su vez, la percepción de la amenaza depende de otros dos factores: la perspicacia del
cuidado hacia la enfermedad y el conocimiento de la gravedad de las consecuencias
de la misma (Piqueras-Rodríguez et al., 2009). No obstante, el cambio de comporta-
miento en personas que tienen un factor de riesgo definitivamente reducirá la morbi-
mortalidad de enfermedades crónicas no transmisibles. A pesar de ello, el cambio de
comportamiento es un proceso difícil de conseguir, sobre todo si no se tiene un método
adecuado para hacerlo, pero es factible (Quillas-Benítez et al., 2017).
En un estudio que tuvo como finalidad analizar a la población universitaria, en una
institución educativa de Lima (Chau & Vilela, 2017) se observó qué factores afectaban
su diario vivir. Los resultados mencionan que los valores que se encuentran entre los
más altos se obtuvieron en las dimensiones que conciernen al componente de salud
física, esto debido a que los universitarios tienen una percepción bastante positiva
de su salud a nivel físico. Lo anterior, permite comprender que los jóvenes presentan
mayores niveles de energía y vitalidad; por tal motivo, se esperaba que las puntuaciones
en este componente fueran mayores (Muñoz-Argel & Uribe-Urzola, 2013). Sin embargo,
se evidenció una disposición inversa entre las prácticas y las creencias. Otro estudio
demostró que los universitarios reportaron abandono para la realización de ejercicio
como herramienta de ayuda a la salud e imagen corporal, convirtiéndose en un factor
de riesgo para la salud (Cedillo-Ramírez et al., 2016).
Por otro lado, se identifica que la salud mental es primordial en todo individuo para
conseguir el equilibrio en la vida, la nutrición, y la actividad física, contribuyendo en
el triunfo de la tranquilidad psicológica y social; aunque hay diferentes factores como
la personalidad, las emociones y su manera de relacionarse socialmente, esto puede
contribuir en el desarrollo personal y en las valoraciones que hace de las circunstancias
y de su trabajo en la sociedad (Sepúlveda et al., 2017). Adicionalmente hubo un valioso
porcentaje de participantes que no tienen estilos de vida saludables, debido a factores
psicológicos como: abandono del domicilio familiar, interacción con personas de
diferentes sitios de procedencia, cambios de estilo nutricional, actividades académicas,
modelos de sueño y descanso, los cuales ratifican la interferencia de la salud mental y
por consiguiente la conservación de una vida saludable (Blázquez-Abellán et al., 2016).
Así mismo, la dieta es un factor relacionado con la autopercepción de la salud,
comprobando una asociación significativa entre un mayor cumplimiento de los criterios
de alimentación saludable y el porcentaje del estado de salud percibido (Guzmán-
Acuña & Salazar-Rocha, 2016). Adicionalmente, la presión sociocultural hacia la imagen
corporal de la mujer afecta en gran medida su autoestima, de tal manera que se va
Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
Resultados
Dimensión físico-mental
La dimensión físico-mental involucra los aspectos relacionados con el componente
biológico y fisiológico de los seres humanos; en ese sentido está determinada hacia los
modelos biomédicos. A lo largo de la historia se ha podido corroborar que una persona
adopta comportamientos saludables en su día a día desde una temprana edad, los
cuales perduran a lo largo de la vida (Pedraza, 2009). Sin embargo, hay dos factores
esenciales de los que depende que un individuo adquiera una conducta saludable: para
empezar se encuentra la percepción de la posible llegada de una enfermedad, seguida
de la sensación de la eficacia de su propia conducta para estabilizar dicha amenaza; a
su vez, la percepción de la amenaza depende de otros dos factores: la perspicacia del
cuidado hacia la enfermedad y el conocimiento de la gravedad de las consecuencias
de la misma (Piqueras-Rodríguez et al., 2009). No obstante, el cambio de comporta-
miento en personas que tienen un factor de riesgo definitivamente reducirá la morbi-
mortalidad de enfermedades crónicas no transmisibles. A pesar de ello, el cambio de
comportamiento es un proceso difícil de conseguir, sobre todo si no se tiene un método
adecuado para hacerlo, pero es factible (Quillas-Benítez et al., 2017).
En un estudio que tuvo como finalidad analizar a la población universitaria, en una
institución educativa de Lima (Chau & Vilela, 2017) se observó qué factores afectaban
su diario vivir. Los resultados mencionan que los valores que se encuentran entre los
más altos se obtuvieron en las dimensiones que conciernen al componente de salud
física, esto debido a que los universitarios tienen una percepción bastante positiva
de su salud a nivel físico. Lo anterior, permite comprender que los jóvenes presentan
mayores niveles de energía y vitalidad; por tal motivo, se esperaba que las puntuaciones
en este componente fueran mayores (Muñoz-Argel & Uribe-Urzola, 2013). Sin embargo,
se evidenció una disposición inversa entre las prácticas y las creencias. Otro estudio
demostró que los universitarios reportaron abandono para la realización de ejercicio
como herramienta de ayuda a la salud e imagen corporal, convirtiéndose en un factor
de riesgo para la salud (Cedillo-Ramírez et al., 2016).
Por otro lado, se identifica que la salud mental es primordial en todo individuo para
conseguir el equilibrio en la vida, la nutrición, y la actividad física, contribuyendo en
el triunfo de la tranquilidad psicológica y social; aunque hay diferentes factores como
la personalidad, las emociones y su manera de relacionarse socialmente, esto puede
contribuir en el desarrollo personal y en las valoraciones que hace de las circunstancias
y de su trabajo en la sociedad (Sepúlveda et al., 2017). Adicionalmente hubo un valioso
porcentaje de participantes que no tienen estilos de vida saludables, debido a factores
psicológicos como: abandono del domicilio familiar, interacción con personas de
diferentes sitios de procedencia, cambios de estilo nutricional, actividades académicas,
modelos de sueño y descanso, los cuales ratifican la interferencia de la salud mental y
por consiguiente la conservación de una vida saludable (Blázquez-Abellán et al., 2016).
Así mismo, la dieta es un factor relacionado con la autopercepción de la salud,
comprobando una asociación significativa entre un mayor cumplimiento de los criterios
de alimentación saludable y el porcentaje del estado de salud percibido (Guzmán-
Acuña & Salazar-Rocha, 2016). Adicionalmente, la presión sociocultural hacia la imagen
corporal de la mujer afecta en gran medida su autoestima, de tal manera que se va
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Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
deformando la imagen que tienen de ellas mismas, logrando con esto falta de confianza
e insatisfacción (Gómez-Acosta, 2018). Sin embargo, se mostró que, al manifestar altos
niveles de autocontrol, los participantes ajustan sus reacciones de forma adecuada
frente a situaciones conflictivas, y en correlación con ello, presentarían una somati-
zación inferior y mayor aptitud hacia prácticas saludables. De igual manera, unos niveles
de autonomía como los obtenidos indican que estos individuos son capaces de tomar
las elecciones adecuadas, matiz necesario para la formación de conductas adaptativas
(Gómez-Acosta, 2018).
Dimensión Social
En esta dimensión es necesario entender al entorno como el conjunto de situa-
ciones que, de carácter normativo o contingente, definen y estructuran las relaciones
de los diferentes agentes involucrados en un espacio organizacional delimitado (Barra-
za-Macías, 2010). Por tal motivo la influencia de las emociones negativas de la conducta
en el entorno, están presentes de forma tal que interfieren en los estilos saludables y
fomentan el desarrollo de conductas inadecuadas que ponen en riesgo la buena salud.
Asimismo, su repercusión en la activación psicofisiológica de los sistemas orgánicos,
afecta el desarrollo de los seres humanos en un entorno social (Piqueras-Rodríguez et
al., 2009).
En ese sentido, un distanciamiento de la situación que genera estrés o emociones
negativas, conlleva a que el sujeto indirectamente se aleje de un origen importante de
apoyo social, lo cual puede reducir los efectos negativos del estrés. A su vez conservar
este estilo de vida favorece la cronicidad del estrés, lo cual constantemente genera un
deterioro en la salud mental de los estudiantes jóvenes, reconociendo una interrelación
entre la dimensión físico-mental y social (Chau & Vilela, 2017). Asimismo, se puede
decir que el apoyo social puede ser considerado como un recurso del afrontamiento
del estrés, ya que este generalmente hace referencia a las acciones llevadas a cabo a
favor de un individuo por otras personas, las cuales suelen ser cercanas. Este soporte
puede ser tanto en apoyo percibido como en asistencia recibida; los efectos de la ayuda
social percibida, esencialmente el emocional (sentirse amado, estimado y apreciado
por otros), parecen ser más valiosos que los del apoyo social recibido (Sandín, 2003).
Por otro lado, no se puede ser feliz en el vacío, prescindiendo por completo de lo
que hay y lo que ocurre a nuestro alrededor; la satisfacción con la vida se asocia a la
integración social, la contribución y la actualización social (Zubieta & Delfino, 2010). Por
tal causa se debe tomar en consideración el cuidado del aprendizaje, para la coexistencia
en la educación universitaria, lo mismo que en las otras etapas del proceso educativo, ya
que cabe destacar que estos estilos se adoptan predilectamente en la niñez. Asimismo,
debe asimilarse en la dinámica cotidiana del conjunto ordinario y heterogéneo que
conviven en el espacio, con los medios materiales y humanos adecuados, ayudando así
a la socialización y la unificación homogénea, aceptando así la convivencia moral entre
todos los miembros de la comunidad educativa (Prieto-Sánchez, 2007).
Sin embargo, también se puede encontrar la felicidad como etapa emocional ya
que es la consecuencia de un grupo de hechos que la persona percibe en el entorno
y transforma. Esto indica que la elaboración de la felicidad individual es un procedi-
miento que se produce en el sistema límbico, no obstante, este resultado es la ramifi-
cación de un sistema conjunto social (Ahumada-Tello et al., 2018). Una autoevaluación
acerca de la felicidad personal refleja el resultado del juicio que se hace con respecto
a la experiencia vital, al confrontar lo vivido con los criterios de la ética personal, este
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
deformando la imagen que tienen de ellas mismas, logrando con esto falta de confianza
e insatisfacción (Gómez-Acosta, 2018). Sin embargo, se mostró que, al manifestar altos
niveles de autocontrol, los participantes ajustan sus reacciones de forma adecuada
frente a situaciones conflictivas, y en correlación con ello, presentarían una somati-
zación inferior y mayor aptitud hacia prácticas saludables. De igual manera, unos niveles
de autonomía como los obtenidos indican que estos individuos son capaces de tomar
las elecciones adecuadas, matiz necesario para la formación de conductas adaptativas
(Gómez-Acosta, 2018).
Dimensión Social
En esta dimensión es necesario entender al entorno como el conjunto de situa-
ciones que, de carácter normativo o contingente, definen y estructuran las relaciones
de los diferentes agentes involucrados en un espacio organizacional delimitado (Barra-
za-Macías, 2010). Por tal motivo la influencia de las emociones negativas de la conducta
en el entorno, están presentes de forma tal que interfieren en los estilos saludables y
fomentan el desarrollo de conductas inadecuadas que ponen en riesgo la buena salud.
Asimismo, su repercusión en la activación psicofisiológica de los sistemas orgánicos,
afecta el desarrollo de los seres humanos en un entorno social (Piqueras-Rodríguez et
al., 2009).
En ese sentido, un distanciamiento de la situación que genera estrés o emociones
negativas, conlleva a que el sujeto indirectamente se aleje de un origen importante de
apoyo social, lo cual puede reducir los efectos negativos del estrés. A su vez conservar
este estilo de vida favorece la cronicidad del estrés, lo cual constantemente genera un
deterioro en la salud mental de los estudiantes jóvenes, reconociendo una interrelación
entre la dimensión físico-mental y social (Chau & Vilela, 2017). Asimismo, se puede
decir que el apoyo social puede ser considerado como un recurso del afrontamiento
del estrés, ya que este generalmente hace referencia a las acciones llevadas a cabo a
favor de un individuo por otras personas, las cuales suelen ser cercanas. Este soporte
puede ser tanto en apoyo percibido como en asistencia recibida; los efectos de la ayuda
social percibida, esencialmente el emocional (sentirse amado, estimado y apreciado
por otros), parecen ser más valiosos que los del apoyo social recibido (Sandín, 2003).
Por otro lado, no se puede ser feliz en el vacío, prescindiendo por completo de lo
que hay y lo que ocurre a nuestro alrededor; la satisfacción con la vida se asocia a la
integración social, la contribución y la actualización social (Zubieta & Delfino, 2010). Por
tal causa se debe tomar en consideración el cuidado del aprendizaje, para la coexistencia
en la educación universitaria, lo mismo que en las otras etapas del proceso educativo, ya
que cabe destacar que estos estilos se adoptan predilectamente en la niñez. Asimismo,
debe asimilarse en la dinámica cotidiana del conjunto ordinario y heterogéneo que
conviven en el espacio, con los medios materiales y humanos adecuados, ayudando así
a la socialización y la unificación homogénea, aceptando así la convivencia moral entre
todos los miembros de la comunidad educativa (Prieto-Sánchez, 2007).
Sin embargo, también se puede encontrar la felicidad como etapa emocional ya
que es la consecuencia de un grupo de hechos que la persona percibe en el entorno
y transforma. Esto indica que la elaboración de la felicidad individual es un procedi-
miento que se produce en el sistema límbico, no obstante, este resultado es la ramifi-
cación de un sistema conjunto social (Ahumada-Tello et al., 2018). Una autoevaluación
acerca de la felicidad personal refleja el resultado del juicio que se hace con respecto
a la experiencia vital, al confrontar lo vivido con los criterios de la ética personal, este
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Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
panorama ético es individual, sin embargo, se ha construido por medio de la sociali-
zación y la construcción social, por lo que se tiñe de los valores y valoraciones de la
influencia cultural (Rodríguez, 2015).
Adicionalmente en el desarrollo biopsicosocial espiritual de las personas, se destaca
la felicidad, en algunos casos llamada bienestar subjetivo. Esto es de sumo interés en
la psicología positiva, ya que es una perspectiva novedosa que destaca el desarrollo de
las fortalezas de las personas, en contraposición al enfoque tradicional, caracterizado
por la atención a las deficiencias, las disfunciones y los problemas a resolver (Sánchez
de Gallardo & Pirela de Faría, 2017). Igualmente, en la psicología positiva se resalta el
significado de bienestar subjetivo, el cual es definido como las evaluaciones cognitivas
y afectivas que una persona hace acerca de su vida (López-Walle, et al., 2020), funda-
mentalmente en la fase universitaria; estas evaluaciones incluyen desde reacciones
emocionales a acontecimientos, así como juicios sobre satisfacción y logro.
Dimensión ético-moral
Se considera que la ética es portadora de un amplio contenido filosófico, humanista
y social desde el momento en que tiende a definir reglas normativas que tienen como
horizonte la preservación del interés público, el bienestar general y el bienestar de
los ciudadanos. La vida que está incorporada con las contribuciones de la ética tiene
alcance imperativo categórico, lo cual significa que el concepto que se tiene de la vida
se centra en normas que tienen carácter positivo y realizador (Valle-Berrones, 2014).
Adicionalmente los valores juegan un papel crucial en el mantenimiento de la libertad
de conciencia con dignidad y respeto, hacia consigo mismo y con los demás, para que
a través de conductas responsables se pueda construir un mundo más humano y justo
para todos (Aguirre-Palma, 2011).
Asimismo, el valor tiene significación social positiva y contribuye al progreso social
y al desarrollo humano, que depende directamente de las relaciones que el ser humano
establece a lo largo de su vida, lo que muestra la objetividad del valor, pero su objeti-
vidad depende de la subjetividad y su determinación social, de la individualidad.
Por ello, para comprender los valores es necesario vincular lo objetivo y subjetivo, lo
individual y lo particular, lo que genera actitudes y comportamientos, en dependencia
del contexto sociocultural donde el individuo se desenvuelve (Mendoza-Castro et al.,
2009).
La enseñanza de la ética y la formación moral se explican como contenidos que
demandan una enseñanza educativa a lo largo de la vida. El inconveniente no se
disminuye a la iniciación de un espacio propio en el currículo, ni al diseño estruc-
turado de temarios; estos argumentos demandan una enseñanza que debe destacar
lo descriptivo y lo enunciativo y que guíe a las personas a la maduración de estructuras
superiores y universales de juicio y razonamiento moral (Guerrero-Useda et al., 2013).
A tal efecto, las universidades deben asignar un modelo de educación que supere
la tradicional perspectiva monocultural y etnocéntrica, y que facilite el modelo de
educación intercultural potenciador de la colaboración ciudadana como reflejo de
integración social, incitando la formación de valores y el modelaje de conductas éticas,
como factores enriquecedores y favorecedores de la convivencia ciudadana (Prieto-
Sánchez, 2007).
Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
panorama ético es individual, sin embargo, se ha construido por medio de la sociali-
zación y la construcción social, por lo que se tiñe de los valores y valoraciones de la
influencia cultural (Rodríguez, 2015).
Adicionalmente en el desarrollo biopsicosocial espiritual de las personas, se destaca
la felicidad, en algunos casos llamada bienestar subjetivo. Esto es de sumo interés en
la psicología positiva, ya que es una perspectiva novedosa que destaca el desarrollo de
las fortalezas de las personas, en contraposición al enfoque tradicional, caracterizado
por la atención a las deficiencias, las disfunciones y los problemas a resolver (Sánchez
de Gallardo & Pirela de Faría, 2017). Igualmente, en la psicología positiva se resalta el
significado de bienestar subjetivo, el cual es definido como las evaluaciones cognitivas
y afectivas que una persona hace acerca de su vida (López-Walle, et al., 2020), funda-
mentalmente en la fase universitaria; estas evaluaciones incluyen desde reacciones
emocionales a acontecimientos, así como juicios sobre satisfacción y logro.
Dimensión ético-moral
Se considera que la ética es portadora de un amplio contenido filosófico, humanista
y social desde el momento en que tiende a definir reglas normativas que tienen como
horizonte la preservación del interés público, el bienestar general y el bienestar de
los ciudadanos. La vida que está incorporada con las contribuciones de la ética tiene
alcance imperativo categórico, lo cual significa que el concepto que se tiene de la vida
se centra en normas que tienen carácter positivo y realizador (Valle-Berrones, 2014).
Adicionalmente los valores juegan un papel crucial en el mantenimiento de la libertad
de conciencia con dignidad y respeto, hacia consigo mismo y con los demás, para que
a través de conductas responsables se pueda construir un mundo más humano y justo
para todos (Aguirre-Palma, 2011).
Asimismo, el valor tiene significación social positiva y contribuye al progreso social
y al desarrollo humano, que depende directamente de las relaciones que el ser humano
establece a lo largo de su vida, lo que muestra la objetividad del valor, pero su objeti-
vidad depende de la subjetividad y su determinación social, de la individualidad.
Por ello, para comprender los valores es necesario vincular lo objetivo y subjetivo, lo
individual y lo particular, lo que genera actitudes y comportamientos, en dependencia
del contexto sociocultural donde el individuo se desenvuelve (Mendoza-Castro et al.,
2009).
La enseñanza de la ética y la formación moral se explican como contenidos que
demandan una enseñanza educativa a lo largo de la vida. El inconveniente no se
disminuye a la iniciación de un espacio propio en el currículo, ni al diseño estruc-
turado de temarios; estos argumentos demandan una enseñanza que debe destacar
lo descriptivo y lo enunciativo y que guíe a las personas a la maduración de estructuras
superiores y universales de juicio y razonamiento moral (Guerrero-Useda et al., 2013).
A tal efecto, las universidades deben asignar un modelo de educación que supere
la tradicional perspectiva monocultural y etnocéntrica, y que facilite el modelo de
educación intercultural potenciador de la colaboración ciudadana como reflejo de
integración social, incitando la formación de valores y el modelaje de conductas éticas,
como factores enriquecedores y favorecedores de la convivencia ciudadana (Prieto-
Sánchez, 2007).
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Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Dimensión académico-familiar
En los estudiantes universitarios existe una cadena de factores externos e internos
que, asociados, apoyan a su desempeño académico. En su rendimiento intervienen
indispensablemente los determinantes personales; estas interrelaciones pueden
generar variables subjetivas, entre las cuales se cuentan la claridad en las ideas, el
interés y la motivación (Guzmán-Arteaga & Pacheco-Lora, 2014). Asimismo, un correcto
aprendizaje y un buen rendimiento académico obedecen en gran medida, a la dedicación
que el estudiante brinde a los trabajos escolares mientras utiliza el tiempo que está en
su hogar. Aunque, al contrario de lo que pudiera pensarse, no es tan significativo el
tiempo que se emplea en el estudio como su calidad (Torres-Velázquez & Rodríguez-So-
riano, 2006).
Adicionalmente, un entorno familiar saludable es en el que los padres/madres o
tutores hacen supervisión acerca de la ejecutoria académica, preguntándole al individuo
acerca del progreso en sus asignaciones. Asimismo observan sus actos, ya que saben
dónde está la persona y con quién está cuando no se encuentra en la casa, así como se
hace un reconocimiento de sus méritos al decirles el orgullo que sienten por algo que
se había hecho, y en conjunto se manifiesta si están haciendo las cosas bien (Mosco-
so-Álvarez et al., 2016).
Por consiguiente, la formación de una teoría familiar, pedagógica y social de la
comunicación, posibilita apreciar el núcleo familiar en la vida diaria y en el entorno de
la educación universitaria, como un desarrollo dinámico infalible para crear cambios
sustanciales en una comunidad. En este caso se comprende que la familia y la educación
universitaria son colectividades que forman parte de los cambios sociales y culturales
modernos, los cuales proveen una hospitalidad para los estudiantes (Guzmán-Arteaga
& Pacheco-Lora, 2014).
Discusión
Los estilos de vida se ven reformados por las variaciones de tipo cultural, psicológico,
social y económico a los que los estudiantes universitarios hacen frente, mientras
completan su desarrollo en la formación en una institución educativa. Las malas
decisiones que pueden tomar podrían causar distintos problemas que se observan en la
salud y, que a su vez, se ven implicados en su rendimiento académico (Laguado-Jaimes
& Gómez-Díaz, 2014). Los estudiantes tienen una perspectiva individual que se convierte
en una más social, lo cual constituye un avance significativo en dos sentidos: en primer
lugar, no se parte de responsabilizar a los individuos por su mala salud, y en segundo,
se busca indagar por la distribución inequitativa de los riesgos para la salud (Álvarez,
2012). Por este motivo es de gran importancia tener un instrumento de medición que
evalúe los estilos de vida seleccionados, de acuerdo a ciertas prácticas puntuales.
Adicionalmente, no es posible negar que los programas de actividad física, deportiva
y de entrenamiento logran un mantenimiento de las estructuras cognitivas y la adopción
de estilos de vida saludable, y a propiciar el desarrollo de sentimientos de autoestima
reforzando el desenvolvimiento de una persona en su entorno social (Obregón, et al.,
2013). Podemos afirmar que los universitarios practicantes de actividad física presentan
altos niveles de motivación autodeterminada, lo cual causa una alta percepción de que
la práctica física cubre las necesidades psicológicas básicas y brinda importancia a las
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Dimensión académico-familiar
En los estudiantes universitarios existe una cadena de factores externos e internos
que, asociados, apoyan a su desempeño académico. En su rendimiento intervienen
indispensablemente los determinantes personales; estas interrelaciones pueden
generar variables subjetivas, entre las cuales se cuentan la claridad en las ideas, el
interés y la motivación (Guzmán-Arteaga & Pacheco-Lora, 2014). Asimismo, un correcto
aprendizaje y un buen rendimiento académico obedecen en gran medida, a la dedicación
que el estudiante brinde a los trabajos escolares mientras utiliza el tiempo que está en
su hogar. Aunque, al contrario de lo que pudiera pensarse, no es tan significativo el
tiempo que se emplea en el estudio como su calidad (Torres-Velázquez & Rodríguez-So-
riano, 2006).
Adicionalmente, un entorno familiar saludable es en el que los padres/madres o
tutores hacen supervisión acerca de la ejecutoria académica, preguntándole al individuo
acerca del progreso en sus asignaciones. Asimismo observan sus actos, ya que saben
dónde está la persona y con quién está cuando no se encuentra en la casa, así como se
hace un reconocimiento de sus méritos al decirles el orgullo que sienten por algo que
se había hecho, y en conjunto se manifiesta si están haciendo las cosas bien (Mosco-
so-Álvarez et al., 2016).
Por consiguiente, la formación de una teoría familiar, pedagógica y social de la
comunicación, posibilita apreciar el núcleo familiar en la vida diaria y en el entorno de
la educación universitaria, como un desarrollo dinámico infalible para crear cambios
sustanciales en una comunidad. En este caso se comprende que la familia y la educación
universitaria son colectividades que forman parte de los cambios sociales y culturales
modernos, los cuales proveen una hospitalidad para los estudiantes (Guzmán-Arteaga
& Pacheco-Lora, 2014).
Discusión
Los estilos de vida se ven reformados por las variaciones de tipo cultural, psicológico,
social y económico a los que los estudiantes universitarios hacen frente, mientras
completan su desarrollo en la formación en una institución educativa. Las malas
decisiones que pueden tomar podrían causar distintos problemas que se observan en la
salud y, que a su vez, se ven implicados en su rendimiento académico (Laguado-Jaimes
& Gómez-Díaz, 2014). Los estudiantes tienen una perspectiva individual que se convierte
en una más social, lo cual constituye un avance significativo en dos sentidos: en primer
lugar, no se parte de responsabilizar a los individuos por su mala salud, y en segundo,
se busca indagar por la distribución inequitativa de los riesgos para la salud (Álvarez,
2012). Por este motivo es de gran importancia tener un instrumento de medición que
evalúe los estilos de vida seleccionados, de acuerdo a ciertas prácticas puntuales.
Adicionalmente, no es posible negar que los programas de actividad física, deportiva
y de entrenamiento logran un mantenimiento de las estructuras cognitivas y la adopción
de estilos de vida saludable, y a propiciar el desarrollo de sentimientos de autoestima
reforzando el desenvolvimiento de una persona en su entorno social (Obregón, et al.,
2013). Podemos afirmar que los universitarios practicantes de actividad física presentan
altos niveles de motivación autodeterminada, lo cual causa una alta percepción de que
la práctica física cubre las necesidades psicológicas básicas y brinda importancia a las
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Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
relaciones sociales (Moreno-Murcia, et al., 2011). De igual modo realizar actividad física
en un contexto recreativo dirigido conlleva a un incremento de la interacción social
(Moreno, et al., 2007). Es importante resaltar la importancia de saber si un estudiante
no solo realiza actividad física, sino que la desempeña en un ambiente en el cual no
sólo se alimente socialmente sino culturalmente, lo cual se puede encontrar en el
Cuestionario de estilo de vida saludable (CEVS).
Diferentes estudios muestran que las probabilidades de manifestar síntomas depre-
sivos se incrementan en los estudiantes que no realizan actividad física de manera
periódica, que en aquellos que realizan ejercicio físico. Se hizo una exploración de
los estudios que analizan la depresión y el ejercicio, hallando que tanto en las formas
aeróbicas como anaeróbicas se presentan efectos positivos ante la depresión (Herre-
ra-Gutiérrez et al., 2012). No obstante, para Zafra et al. (2010) los resultados son más
notorios en sujetos con depresiones leves, que en los que tienen depresiones severas.
Asimismo la actividad física se enlaza con niveles menores de depresión, sin embargo,
se debe tener en presente tanto la frecuencia como la intensidad y el prototipo de
ejercicio físico realizado; por lo tanto, se busca indagar por medio del CEVS qué tipo
de ejercicio físico se realiza y por cuánto tiempo, para determinar el tipo de actividad
realizada.
Además, en la educación es importante defender un aumento en la concentración
cultural de los estudiantes, apreciación que se atribuye a aquellos conocimientos que
contienen carácter ético o que proponen situaciones social y moralmente controver-
tidas. Tienen una evidente dimensión ética al referirse a cualidades que conceden a
una toma de decisiones con alto impacto en el sistema de sociedades complejas, y que
presentan consecuencias y producen responsabilidades de impacto indudable en la
dignidad y calidad de las vidas de nosotros mismos y las de los demás (Martínez-Martín
et al., 2002). En este sentido, es sumamente importante saber el grado de ética en
diferentes situaciones que se presentan en la universidad como respeto de normas y
la solidaridad prestada hacia los demás, como lo evalúa el CEVS, ya que estos compor-
tamientos pueden llegar a verse relacionados con el desempeño de una persona en un
ambiente social.
Del mismo modo la familia tiene una gran influencia en la formación y desarrollo
de las habilidades sociales de la persona, y es uno de los factores socioemocionales
que actúan en su vida, y que es agente interviniente del rendimiento académico
(Dueñas-Buey, 2002). De este modo, las acciones que implican el ambiente familiar
revelan una mayor efectividad frente a otras que se realizan exclusivamente en el ámbito
universitario, estableciendo que ambos ambientes generan cambios efectivos y que se
puede potenciar con el vínculo entre ellos (García-Núñez del Arco, 2005). Por lo tanto, se
busca encontrar una cercanía entre la relación familiar y el desempeño de actividades
académicas, como se ha expuesto en el CEVS.
Finalmente, el generar proyectos basados en los resultados de un estudio utilizando
el CEVS, cuyo objetivo sea ayudar al óptimo rendimiento de los estudiantes y mejor
funcionalidad de las instituciones de enseñanza universitaria. rae consigo la acogida de
personas más integras que están en ambiente social y laboral, lo que se verá traducido
en un progreso económico, cultural y social del país (Chong-González, 2017).
Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
relaciones sociales (Moreno-Murcia, et al., 2011). De igual modo realizar actividad física
en un contexto recreativo dirigido conlleva a un incremento de la interacción social
(Moreno, et al., 2007). Es importante resaltar la importancia de saber si un estudiante
no solo realiza actividad física, sino que la desempeña en un ambiente en el cual no
sólo se alimente socialmente sino culturalmente, lo cual se puede encontrar en el
Cuestionario de estilo de vida saludable (CEVS).
Diferentes estudios muestran que las probabilidades de manifestar síntomas depre-
sivos se incrementan en los estudiantes que no realizan actividad física de manera
periódica, que en aquellos que realizan ejercicio físico. Se hizo una exploración de
los estudios que analizan la depresión y el ejercicio, hallando que tanto en las formas
aeróbicas como anaeróbicas se presentan efectos positivos ante la depresión (Herre-
ra-Gutiérrez et al., 2012). No obstante, para Zafra et al. (2010) los resultados son más
notorios en sujetos con depresiones leves, que en los que tienen depresiones severas.
Asimismo la actividad física se enlaza con niveles menores de depresión, sin embargo,
se debe tener en presente tanto la frecuencia como la intensidad y el prototipo de
ejercicio físico realizado; por lo tanto, se busca indagar por medio del CEVS qué tipo
de ejercicio físico se realiza y por cuánto tiempo, para determinar el tipo de actividad
realizada.
Además, en la educación es importante defender un aumento en la concentración
cultural de los estudiantes, apreciación que se atribuye a aquellos conocimientos que
contienen carácter ético o que proponen situaciones social y moralmente controver-
tidas. Tienen una evidente dimensión ética al referirse a cualidades que conceden a
una toma de decisiones con alto impacto en el sistema de sociedades complejas, y que
presentan consecuencias y producen responsabilidades de impacto indudable en la
dignidad y calidad de las vidas de nosotros mismos y las de los demás (Martínez-Martín
et al., 2002). En este sentido, es sumamente importante saber el grado de ética en
diferentes situaciones que se presentan en la universidad como respeto de normas y
la solidaridad prestada hacia los demás, como lo evalúa el CEVS, ya que estos compor-
tamientos pueden llegar a verse relacionados con el desempeño de una persona en un
ambiente social.
Del mismo modo la familia tiene una gran influencia en la formación y desarrollo
de las habilidades sociales de la persona, y es uno de los factores socioemocionales
que actúan en su vida, y que es agente interviniente del rendimiento académico
(Dueñas-Buey, 2002). De este modo, las acciones que implican el ambiente familiar
revelan una mayor efectividad frente a otras que se realizan exclusivamente en el ámbito
universitario, estableciendo que ambos ambientes generan cambios efectivos y que se
puede potenciar con el vínculo entre ellos (García-Núñez del Arco, 2005). Por lo tanto, se
busca encontrar una cercanía entre la relación familiar y el desempeño de actividades
académicas, como se ha expuesto en el CEVS.
Finalmente, el generar proyectos basados en los resultados de un estudio utilizando
el CEVS, cuyo objetivo sea ayudar al óptimo rendimiento de los estudiantes y mejor
funcionalidad de las instituciones de enseñanza universitaria. rae consigo la acogida de
personas más integras que están en ambiente social y laboral, lo que se verá traducido
en un progreso económico, cultural y social del país (Chong-González, 2017).
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Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Conclusiones
Diferentes factores pueden influir en tener un estilo de vida saludable, tanto físicos,
mentales, sociales, éticos, morales, académicos y familiares, pero se puede concluir
que todos tienen relación entre ellos y que no sería adecuado evaluar uno sin tener
en cuenta los otros. Asimismo, no son categorías que pueden actuar individualmente,
sino que para su correcto funcionamiento deben reunir mínimo dos factores; sin
embargo, para obtener un resultado integral es imperativo que todos los factores estén
equilibrados.
Por otro lado, es claro que la población tiene un amplio conocimiento sobre cómo
influyen la actividad física y la nutrición en la construcción de estilos de vida saludables,
no obstante, hay una brecha en el conocimiento acerca de los otros factores que
también pueden afectar esto. Sumado a lo anterior, se debe tener en cuenta que el
conocimiento y manejo de todos los factores favorece la construcción de unos estilos de
vida saludables integrales.
Por este motivo, este estudio se constituye en el primer paso para determinar la
validez y confiabilidad del CEVS, ya que contribuye a la medición de cada una de
estas categorías y a tener un panorama general de la población universitaria. Esto no
solo aporta nuevos conocimientos en cada uno de los componentes evaluados, sino
que permite la implementación de un plan de acción para reforzar los factores que se
encuentren en un bajo nivel, crear estilos de vida saludables y, a largo plazo, prevenir
diferentes enfermedades tanto físicas como mentales.
Referencias
Aguirre-Palma, B. (2011). Los valores morales en la conducta personal. Enfoque
UTE, 2(1), 77-101. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=572260833001
Ahumada-Tello, E., Ravina-Ripoll, R. & Hernández de Velazco, J. (2018). El rol
de las redes digitales en el desempeño académico y en la percepción de
felicidad social en estudiantes universitarios en Baja California (2017).
Granada: Editorial Comares, S.L.
Álvarez, C.L. (2012). Los estilos de vida: del individuo al contexto. Revista Facultad
Nacional de Salud Pública, 30(1), 95-102. https://revistas.udea.edu.co/
index.php/fnsp/article/view/7817
Barraza-Macías, A. (2010). La Relación Persona-Entorno como fuente generadora
de estrés académico. Revista Internacional de Psicología, 11,1-11. doi:
10.33670/18181023.v11i01.59.
Bastías-Arriagada, E. M. & Stiepovich-Bertoni, J. (2014). Una revisión de los
estilos de vida de estudiantes universitarios iberoamericanos. Ciencia
y enfermería, 20(2), 93-101. https://www.scielo.cl/scielo.php?pi-
d=S0717-95532014000200010&script=sci_arttext&subid1=20230119-054
1-43b6-a55a-06bf9c2010b7
Laura Castro, Diana roCio Cervera Guevara, YennY PaoLa
arGüeLLo Gutiérrez, isabeL aDriana sánChez rojas
Conclusiones
Diferentes factores pueden influir en tener un estilo de vida saludable, tanto físicos,
mentales, sociales, éticos, morales, académicos y familiares, pero se puede concluir
que todos tienen relación entre ellos y que no sería adecuado evaluar uno sin tener
en cuenta los otros. Asimismo, no son categorías que pueden actuar individualmente,
sino que para su correcto funcionamiento deben reunir mínimo dos factores; sin
embargo, para obtener un resultado integral es imperativo que todos los factores estén
equilibrados.
Por otro lado, es claro que la población tiene un amplio conocimiento sobre cómo
influyen la actividad física y la nutrición en la construcción de estilos de vida saludables,
no obstante, hay una brecha en el conocimiento acerca de los otros factores que
también pueden afectar esto. Sumado a lo anterior, se debe tener en cuenta que el
conocimiento y manejo de todos los factores favorece la construcción de unos estilos de
vida saludables integrales.
Por este motivo, este estudio se constituye en el primer paso para determinar la
validez y confiabilidad del CEVS, ya que contribuye a la medición de cada una de
estas categorías y a tener un panorama general de la población universitaria. Esto no
solo aporta nuevos conocimientos en cada uno de los componentes evaluados, sino
que permite la implementación de un plan de acción para reforzar los factores que se
encuentren en un bajo nivel, crear estilos de vida saludables y, a largo plazo, prevenir
diferentes enfermedades tanto físicas como mentales.
Referencias
Aguirre-Palma, B. (2011). Los valores morales en la conducta personal. Enfoque
UTE, 2(1), 77-101. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=572260833001
Ahumada-Tello, E., Ravina-Ripoll, R. & Hernández de Velazco, J. (2018). El rol
de las redes digitales en el desempeño académico y en la percepción de
felicidad social en estudiantes universitarios en Baja California (2017).
Granada: Editorial Comares, S.L.
Álvarez, C.L. (2012). Los estilos de vida: del individuo al contexto. Revista Facultad
Nacional de Salud Pública, 30(1), 95-102. https://revistas.udea.edu.co/
index.php/fnsp/article/view/7817
Barraza-Macías, A. (2010). La Relación Persona-Entorno como fuente generadora
de estrés académico. Revista Internacional de Psicología, 11,1-11. doi:
10.33670/18181023.v11i01.59.
Bastías-Arriagada, E. M. & Stiepovich-Bertoni, J. (2014). Una revisión de los
estilos de vida de estudiantes universitarios iberoamericanos. Ciencia
y enfermería, 20(2), 93-101. https://www.scielo.cl/scielo.php?pi-
d=S0717-95532014000200010&script=sci_arttext&subid1=20230119-054
1-43b6-a55a-06bf9c2010b7
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Validez de constructo del cuestionario de eValuación de estilos de Vida para uniVersitarios
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15Volúmen 19 No. 2 Año 2025 • ISSN: 2011-4680 ONLINE: 2981-3948
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